Dos miembros de ISOC-ES, Ignacio Agulló y Joao Damas (presidente de ISOC-ES) participaron en la reunión de capítulos de ISOC celebrada en el mes de agosto de 2019 y se han ofrecido gentilmente a desarrollar un resumen de los temas tratados en dicha reunión, que podéis encontrar a continuación. Muchas gracias a ambos por la aportación.
Fue una reunión interesante. El capítulo de la India explicó cómo el gobierno obliga a la introducción de puertas traseras. Lo mismo ocurre en Australia lo mismo pero además haciendo hincapié en que no se les puede llamar “puertas traseras”. La situación del país australiano es peculiar, ya que además de prohibir el uso de algunas palabras para describir lo que están forzando a los fabricantes de software a hacer, su primer ministro realiza declaraciones sobre los algoritmos de encriptación que incluyen frases como “todo eso que dicen ustedes está muy bien pero en Australia deben prevalecer las leyes de Australia sobre las leyes de la matemática”.
Por otra parte, el capítulo alemán reconocía que su situación era mejor pero que el gobierno está constantemente proponiendo medidas de este tipo y tienen que hacer una labor educativa para explicar a las autoridades dónde se violan las libertades de los ciudadanos.
Otro punto que se tocó pero en el que no se profundizó mucho fue la necesidad de estar alerta sobre servicios en los que la encriptación de las comunicaciones no es extremo a extremo, sino que hay servidores intermedios donde se pueden “pinchar” las comunicaciones.
En la parte de propuestas, se concluyó que las comisiones de políticos son algo inútil. Por el contrario, se recomendó la organización de seminarios (presenciales o a través de Internet) destinados a formar a los políticos. También se consideró que el carácter internacional de ISOC podría aportar un gran valor, ya que en dichos seminarios se podría solicitar la participación de expertos internacionales, a los que por algún motivo se les suele hacer más caso que a los de casa. Este tema es complejo y ninguna de las partes es totalmente “buena” o totalmente “mala”. El hecho es que todos somos humanos y al reconocernos como tales debemos diseñar y desplegar sistemas que sean lo más resistentes posible a las tentaciones de mal uso: es muy fácil pasar de buscar delincuentes a automatizar la vigilancia masiva de todas las personas.
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